Un estudio revelador: cómo los medios digitales influyen en el cerebro infantil

Recientemente, un estudio publicado en Scientific Reports, una prestigiosa revista científica de acceso abierto de Nature, llamó mi atención por su relevancia en el desarrollo infantil. Scientific Reports se distingue por difundir investigaciones de alta calidad, y Nature es una de las publicaciones más reconocidas a nivel mundial en los campos de la ciencia y la medicina. El estudio, titulado «Asociaciones entre el uso de medios digitales y las medidas estructurales de la superficie cerebral en niños en edad preescolar» (Hutton et al., 2022), aborda un tema que, hasta ahora, se había explorado principalmente en adolescentes.

Transformaciones cerebrales en los primeros años de vida

En los últimos años, el uso de dispositivos digitales ha aumentado significativamente entre los niños preescolares, generando preocupación sobre cómo esta exposición podría influir en su desarrollo cognitivo y emocional. Esta inquietud es especialmente relevante en la primera infancia, un período en el que las conexiones neuronales se forman a gran velocidad y el cerebro atraviesa cambios estructurales esenciales para su futuro desarrollo.

La morfología de la superficie cerebral evoluciona a lo largo de la infancia, reflejándose en características como el grosor cortical y la profundidad de surco.

  • El grosor cortical se refiere al espesor de la capa externa del cerebro, donde se procesan funciones cognitivas cruciales como la percepción, el lenguaje y la memoria.
  • La profundidad de surco mide la profundidad de los pliegues cerebrales, estructuras que permiten una mayor superficie cerebral y están relacionados con el desarrollo y la conectividad neuronal

Guyton & Hall. Tratado de fisiología médica, 13e

Aunque estos cambios no siguen un patrón uniforme, durante los primeros años de vida, la materia gris experimenta un crecimiento significativo: el grosor cortical alcanza su punto máximo alrededor de los tres años, mientras que la profundidad de surco sigue aumentando hasta el final de la niñez. No obstante, las áreas sensoriales y límbicas alcanzan su madurez antes que las regiones vinculadas a las funciones ejecutivas, las cuales continúan desarrollándose hasta la adolescencia. Estas son las más complejas y desarrolladas como el control de impulsos, la memoria de trabajo, la flexibilidad cognitiva, la planificación y organización, la autorregulación emocional y la toma de decisiones.

Dado el carácter crítico de esta etapa, organizaciones como la Academia Estadounidense de Pediatría (AAP, 2016) recomiendan limitar el tiempo de pantalla para prevenir efectos adversos en la atención, el comportamiento y la salud en general (Robinson et al., 2017).

Hallazgos previos sobre el impacto del entorno digital

Diferentes estudios han evidenciado que el uso excesivo de medios digitales puede afectar negativamente el desarrollo infantil. Por ejemplo, investigaciones de Robinson et al. (2017) han vinculado la exposición prolongada a pantallas con un incremento en la obesidad infantil. A su vez, McDaniel y Radesky (2018) describieron el fenómeno de la technoference, que se refiere a cómo la distracción de los padres con sus dispositivos puede deteriorar la calidad de las interacciones familiares, impactando el desarrollo emocional y conductual de los niños. Además, otros trabajos han señalado que el tipo de contenido consumido influye en el desarrollo de las funciones ejecutivas y el aprendizaje (Anderson & Subrahmanyam, 2017; Lillard et al., 2015). En esta línea, el uso excesivo de la televisión se ha asociado con dificultades en habilidades como la memoria y la concentración (Walsh et al., 2018).

Siguiendo esta tendencia, investigando sobre el desarrollo cognitivo en adolescentes, se encontró que una exposición elevada a medios digitales, se asocia con un menor grosor cortical y una reducción en la profundidad de los surcos en regiones cerebrales esenciales para el procesamiento visual, las funciones ejecutivas, la memoria y la atención (Paulus et al., 2019). Lo más sorprendente es que los investigadores sugieren que estas alteraciones podrían deberse a una maduración acelerada del sistema visual. Además, también se observó un aumento en comportamientos externalizantes, es decir, conductas disruptivas, desafiantes o agresivas, en adolescentes con mayor tiempo de pantalla. Estos hallazgos refuerzan la hipótesis de que el consumo excesivo de medios digitales no solo afecta el desarrollo cognitivo, sino también el equilibrio emocional y la conducta.

Comprendiendo la relación entre el tiempo de exposición y la estructura cerebral

En este contexto, el estudio de Hutton et al. (2022), el eje central de esta entrada, examinó cómo la exposición a medios digitales influye en el desarrollo cerebral de niños en edad preescolar. Se reclutaron 52 niños sanos de entre 3 y 5 años (29 niñas y 23 niños), con una edad promedio de 52,7 meses. Los participantes fueron sometidos a pruebas cognitivas y escaneos por resonancia magnética para evaluar la morfología cortical en áreas clave del cerebro. En particular, exploraron el impacto en áreas involucradas en el procesamiento visual, la toma de decisiones y el control de impulsos, comparando estos efectos con los de prácticas de lectura en el hogar.

A doctor's hand points to a brain MRI scan on a lightbox, illustrating medical diagnosis.

Para medir el uso de medios digitales, los padres completaron el cuestionario ScreenQ, una herramienta validada que evalúa las prácticas de consumo de pantallas en el hogar. Este cuestionario analiza cuatro aspectos fundamentales:

  1. Acceso a pantallas: Identifica si los niños tienen dispositivos como tablets, televisores y smartphones a su disposición.
  2. Frecuencia de uso: Registra el tiempo diario que los niños pasan frente a pantallas.
  3. Tipo de contenido: Distingue entre material educativo, entretenimiento o contenido interactivo, evaluando su impacto en el aprendizaje.
  4. Co-visualización y participación parental: Analiza si los padres acompañan a sus hijos en el consumo de medios digitales, promoviendo la interacción y la comprensión del contenido.

Los datos obtenidos fueron analizados con el software SAS v9.4, utilizando modelos estadísticos que consideraron variables demográficas y análisis correlacionales para evaluar la relación entre el tiempo de pantalla y la estructura cerebral.

Datos clave: lo que reveló la investigación

Los resultados mostraron que un mayor tiempo frente a las pantallas se relaciona con un menor grosor cortical en áreas concretas del cerebro, incluyendo regiones occipitales, parietales y temporales, implicadas en el procesamiento de la información visual y las funciones ejecutivas. Además, los niños con mayor consumo de medios digitales presentaron una menor profundidad de surco en el giro fusiforme derecho, una región fundamental para el reconocimiento facial y la integración visual.

Otro hallazgo relevante fue el papel de la educación materna en estas asociaciones. Investigaciones previas han demostrado que un mayor nivel educativo de los padres, en especial de la madre, influye en el desarrollo cognitivo infantil. En este estudio, la educación materna moderó los efectos del uso de pantallas, sugiriendo que factores como el tipo de contenido, la supervisión parental y la estimulación en el hogar pueden desempeñar un papel protector.

Positive Asian woman with cute son and daughter embracing and watching cartoon together on laptop while spending free time at home

Es posible que estas modificaciones reflejen una maduración acelerada en ciertas áreas, pero también un desarrollo insuficiente en regiones encargadas de habilidades cognitivas más complejas. Comprender estas repercusiones es fundamental para desarrollar recomendaciones basadas en evidencia que ayuden a equilibrar el uso de la tecnología con un desarrollo infantil saludable.

Más allá de los dispositivos: pilares para un desarrollo equilibrado

El progreso tecnológico nos ha brindado herramientas valiosas, pero su uso en la infancia debe gestionarse con cautela.

Desde un enfoque práctico, los expertos recomiendan fomentar actividades que estimulen el desarrollo infantil de manera integral:

  • Lectura en familia: Fortalece el desarrollo del lenguaje, estimula la imaginación y refuerza el vínculo entre padres e hijos.
  • Juego al aire libre: Promueve el desarrollo motor, la creatividad y las habilidades sociales.
  • Interacciones cara a cara: Fundamentales para el desarrollo de la empatía, la comunicación y la inteligencia emocional.

Guiando a la infancia en un mundo digital

Vivimos en un mundo cada vez más digital, y el desafío no está en prohibir la tecnología, sino en usarla de manera consciente y equilibrada. Como padres, educadores y profesionales de la salud, nuestra misión es guiar a los niños en su uso responsable, asegurando que tengan acceso a experiencias enriquecedoras que fomenten su bienestar emocional y crecimiento intelectual, garantizando un desarrollo cerebral óptimo y saludable.

La infancia es una etapa de exploración, creatividad y aprendizaje, y nuestro rol es garantizar que los niños desarrollen su máximo potencial en un entorno equilibrado. El reto está en nuestras manos. ¿Cómo podemos lograr un equilibrio saludable entre el mundo digital y las experiencias esenciales de la niñez?

¿Cómo gestionas el uso de pantallas en tu hogar o en tu entorno educativo? ¿Qué estrategias consideras más efectivas para crear un equilibrio saludable? ¡Déjame tus comentarios!

Referencias

  1. Hutton, J. S., Dudley, J., DeWitt, T., & Horowitz-Kraus, T. (2022). Associations between digital media use and brain surface structural measures in preschool-aged children. Scientific Reports, 12(19095).
  2. AAP Council on Communications and Media. Media and Young Minds (American Academy of Pediatrics, 2016).
  3. Robinson, T. N. et al. Screen media exposure and obesity in children and adolescents. Pediatrics 140(Suppl 2), S97–S101 (2017).
  4. McDaniel, B. T. & Radesky, J. S. Technoference: Parent distraction with technology and associations with child behavior problems. Child Dev. 89(1), 100–109 (2018).
  5. Anderson, D. R. & Subrahmanyam, K. Digital screen media and cognitive development. Pediatrics 140(Suppl 2), S57–S61 (2017).
  6. Lillard, A. S., Li, H. & Boguszewski, K. Television and children’s executive function. Adv. Child Dev. Behav. 48, 219–248 (2015).
  7. Walsh, J. J. et al. Associations between 24 hour movement behaviours and global cognition in US children: A cross-sectional observational study. Lancet Child Adolesc. Health 2(11), 783–791 (2018).
  8. Paulus, M. P. et al. Screen media activity and brain structure in youth: Evidence for diverse structural correlation networks from the ABCD study. Neuroimage 185, 140–153 (2019).

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